Siempre estamos sintiendo algo, normalmente más de una emoción a la vez. Si al final del día, cierras los ojos, respiras profundamente y piensas en todas las acciones que has llevado a cabo durante el día, seguramente te darás cuenta de que detrás de muchas acciones estén todas las emociones del día. Quizás una mala noticia en el trabajo, quizás el juicio constante de si serás una buena madre o simplemente, una conversación con tu madre que te haya hecho aflorar el cansancio acumulado de todo el día.

Las emociones fluyen como el curso de un río, se mueven y producen energía. Ese flujo es continúo, pero en el automatismo del día a día se hace difícil prestarles la atención que merecen. Hasta que de repente se manifiestan de maneras muy dispares, por ejemplo, en un intenso dolor de cabeza, hinchazón abdominal o cansancio extremo. Cuando aumenta la frecuencia, intensidad y duración de la emoción puede dar lugar a la aparición de afectaciones en la calidad de vida.

Las emociones son una reacción subjetiva que se produce por la información proveniente del mundo externo o interno (recuerdos). Son universales, en cualquier cultura, en cualquier lugar y son adaptativas, nos preparan para enfrentarnos al mundo.

La experiencia se convierte en una experiencia multidimensional que puede analizar a través de los tres sistemas de respuesta:

  • Dimensión cognitiva: la interpretación que hacemos sobre aquello que acontece hará la emoción se intensifique o disminuya.
  • Dimensión fisiológica: se produce un proceso de activación que se relaciona con el sistema límbico que es una parte del cerebro.
  • Dimensión conductual: cómo reaccionamos ante la presencia de esta emoción.

El estado emocional cambia de un momento a otro, todas las emociones son una fuente de información que nos acerca a lo que ocurre en nuestro interior. Las emociones provocan diferentes reacciones fisiológicas liberando sustancias químicas que influyen en nuestro bienestar físico y mental.

Ahora que sabemos un poco más acerca de cómo funcionan nuestra emociones, quería compartir 5 pasos para manejar nuestra emociones.

Las últimas investigaciones hablan de cinco pasos que nos permiten desarrollar mejores habilidades emocionales:

  1. Reconocer lo que sentimos nosotros mismos, y lo que sienten los demás. Conocer nuestros sentimientos, nos acerca a la comprensión de lo que siente el otro.
  2. Comprender qué sentimos y cual puede ser el origen de la emoción, es caminar hacia el autoconocimiento.
  3. Ponerle nombre supone aprender y vocabulario emocional
  4. Expresar las emociones a través del lenguaje verbal y no verbal, ajustada al contexto y a los demás, pero respetándonos a nosotros mismos.
  5. Regularlas, no suprimirlas ni ignorarlas si no utilizarlas sabiamente.

Espero que esta información os lleve a reflexionar y os permita entenderos un poco más. Recuerda que las emociones son un viaje, y a veces, pueden desbordarnos y condicionar nuestra vida, entonces pide ayuda y no te sientas mal por ello, porque te estarás dando una oportunidad para sentir.

Si quieres profundizar más sobre este tema te recomiendo el libro de Marc Brackett “Permiso para sentir” donde podrás conocer en detalle los cinco pasos que te permitirán un mayor bienestar emocional.

Referencias:

Brackett, Marc A., (2019). Permiso para sentir. Educación emocional para mayores y pequeños con el método RULER. España: Editorial Planeta.